viernes, julio 30, 2010

Viaje a China (III): Xian

Xian saltó a la fama hace no mucho tiempo (1974) por el descubrimiento de miles de soldados de terracota enterrados desde el siglo II a.C. Los soldados en sí son razón suficiente para visitar esta ciudad, aunque desgraciadamente no ofrece mucho más. Nosotros pasamos tres días aquí, y quizá con dos hubiera sido suficiente. Es una ciudad que recibe mucho turismo y está atestada de gente y centros comerciales. Eso sí, al haber tantas tiendas es una buena ciudad para comprar, tanto en los centros comerciales de precios fijos como en los puestecillos de la calle regateando. Otra opción, si sólo se quieren visitar los guerreros, es hacerlo en el día. Ida al aeropuerto de Xian. Contratar un taxi/conductor directamente en el aeropuerto para que te lleve a ver a los guerreros. Vuelta al aeropuerto y vuelo de vuelta a la ciudad que sea. Es una opción que es una paliza, pero suficiente, creo yo, para ver lo más interesante de Xian.

Del aeropuerto de Xian a la ciudad existe un autobús que por 25 yuanes te lleva al centro de la ciudad en una hora. El autobús número 2 deja en la parada de autobuses de Xian, dentro de las murallas, que es un completo caos. Te asalta gente intentando llevarte a sus hoteles, y una vez esquivados, si intentas parar un taxi no te cogen, porque el destino es muy cercano. Estos son los típicos problemas que tienes en China y que hacen el viaje pesado.

Nuestro hotel estaba relativamente cerca de la parada de autobuses, 20 minutos andando, aunque con las maletas y el calor fue algo más. El hotel es el Jin Jiang Inn Hotel de Jiefang Lu. Es un hotel que está dentro de la muralla de Xian y por tanto es céntrico, aunque hay un paseo de 15-20 minutos al barrio musulmán y a las torres del Tambor y de la Campana, es decir, la zona turística. El hotel fue muy barato, el más barato que hemos tenido, unos 200 yuanes por noche. El desayuno de bufet (que era malísimo) costaba 15 yuanes. Al final la cosa al cambio nos salió por 25 euros la noche, desayuno incluido. El hotel es funcional, como un Ibis en Europa, pero toda la iluminación es fluorescente, lo que le da un aire algo desangelado. Sin lujos pero cómodo.

La zona turística de la ciudad está cerca de las torres del Tambor y de la Campana. Al contrario que en Beijing, estas torres están en medio de la ciudad, una incluso está en una rotonda y para acceder a ella hay un paso subterráneo. La mezcla entre lo antiguo y lo moderno es absoluta y no muy bien llevada, la verdad. Sólo subimos a la del tambor, y a ciertas horas hacen un espectáculo de percusión curioso. Os dejo la vista de la torre de la campana desde la del tambor.



Cerca de la torre del Tambor está el barrio musulmán, que sí que tiene cierto interés. Calles minúsculas, puestecillos de souvenirs y comida por todas partes y la mezquita, que mira hacia el oeste (a la Meca), lo cual es distinto a las mezquitas de Europa que miran al este y a la mayoría de los edificios chinos que miran al sur debido al feng shui. La construcción es muy china, no se diferencia mucho de otros templos. Hasta el minarete tiene forma de pagoda. Merece la pena darse una vuelta por este barrio. Por cierto, encontrar la mezquita no es tarea fácil, se entra por una calle muy estrecha que tiene tantos puestos que parece que estás entrando en un edificio. Y después de avanzar bastante ahí está la mezquita.




Otra zona interesante para visitar en la ciudad, y que no viene en la Lonely Planet, pero sí en wikitravel, es la zona cercana a la puerta sur de la muralla (calle de la caligrafía), con sus puestos en la calle menos abarrotados que en el barrio musulmán.

Las murallas de Xian también merecieron la pena. Xian es la ciudad amurallada más grande del mundo. Y una vez que estás allí lo entiendes. Una muralla de ocho metros que rodea una ciudad inmensa, y esta muralla perfectamente cuadrada. Se pueden alquilar bicicletas para recorrérsela, lo malo es que hay que dar la vuelta entera, no se pueden devolver las bicis en otra puerta. Nosotros anduvimos de la puerta este a la puerta sur, y fue un trayecto agradable. Sin coches molestando y algunas vistas bonitas de la ciudad.



Como ya he comentado, la atracción estrella de Xian son los guerreros de terracota. Están a 30-45 minutos en coche desde el centro de la ciudad y por tanto hay que buscar una forma de llegar. Hay un autobús que sale de la estación de autobuses, pero nosotros decidimos evitar el follón de la estación y volvimos a repetir la estrategia seguida en la muralla china: contratar un conductor privado que nos llevara y nos esperara para devolvernos al hotel. Para ello nos acercamos a CITS, una agencia de viajes que menciona bastante la Lonely Planet, y nos costó 400 yuanes. Quizá se podría haber regateado, pero no lo hicimos. Nos recogió del hotel y nos
llevó a la entrada de los guerreros. La entrada cuesta 90 yuanes (45 yuanes para estudiantes). Para entrar hay que recorrer un montón de tiendas de paso obligatorio, que por cierto no nos acosaron mucho ni a la ida (están abriendo) ni a la vuelta, a pesar de lo que decía wikitravel. Por cierto que se ofrece bastante gente para hacer de guía en inglés (no sé el precio, nos gusta ir a nuestra bola). Lo de los guerreros es impresionante. El emperador que los mandó crear para tener un ejército en la otra vida debía estar muy zumbado. Pero lo más curioso es que todos los guerreros son distintos: distinta cara, distinto pelo, distintas ropas, distintos zapatos. Una obra impresionante. La forma de visitarlo que recomienda la Lonely Planet es acertada, a mi entender, porque deja para el final la fosa más grande después de haber visto algunos guerreros de cerca en el museo. Por cierto, a la salida, si queréis comprar guerreros de recuerdo es importante seguir los consejos de wikitravel. Nunca hubiera pensado que se podían conseguir esos precios. A la salida teníamos pensado que el conductor nos llevara también a la tumba del emperador Qinshihuang, que es el que mandó crear los guerreros, y cuyo mausoleo está a sólo 2 Km. Pero estaba cerrado (¿quizá por ser lunes? no sabemos).




Sobre la comida en Xian, fue uno de los mejores sitios donde comimos. El típico Yang Rou Pao Muo es un poco raro (sopa de pan, fideos y cordero) ya que el pan está poco horneado. Pero el dim sum y los fideos en general están espectaculares. Los comimos en el barrio musulmán, simplemente mirando donde había bastante gente comiendo, independientemente de lo cutre que pareciera el lugar. El dim sum (o dumplings) creo que es lo mejor que he comido en China. Por cierto, aunque el desayuno del hotel era muy malo, la cena no estaba mal.



El trayecto del hotel al aeropuerto para coger el avión que nos llevaría a Guilin nos costó 120 yuanes, precio fijo y pagando en el hotel.

Y eso es todo lo que tengo que decir de Xian. Si tuviera que quedarme con tres cosas serían los guerreros de terracota, el barrio musulmán, y la muralla de la ciudad. Pero vamos, que no pasaría nada por ir en el día a ver los guerreros.

Más info:
Viaje a China (I): consejos generales
Viaje a China (II): Beijing
Viaje a China (IV): Guilin y Yangshuo
Viaje a China (V): Shanghai
Viaje a China (VI): Shuzou y Hangzhou

martes, julio 27, 2010

Viaje a China (II): Beijing

Beijing, antes llamada Pekín o Peking, es la ciudad que más me ha gustado del viaje. Recomiendo dedicarle la mayoría de los días, porque los templos y palacios son de lo mejorcito. Como Beijing era la ciudad origen y final de nuestro viaje decidimos dedicarle cinco días, tres al principio y dos al final. Es por eso que nos hospedamos en dos hoteles distintos y la verdad es que fue una buena idea porque los dos a su manera tuvieron su encanto.

Al llegar al aeropuerto de Beijing, llamado Capital, se puede ir al centro de dos formas. La primera es en un tren (Airport Express, 25 yuanes por cabeza) que te deja en la estación de metro de Dongzhimen. Ahí se puede coger el metro a cualquier otra parte de la ciudad por 2 yuanes (muy recomendable, además de barato, cómodo y todo en inglés) o coger un taxi. Por cierto que tanto en la entrada al tren como al metro hay controles de seguridad con rayos x, no sólo en esta estación, sino en todas, y también en Shanghai. La otra forma de ir desde el aeropuerto a la ciudad es en taxi. Dependiendo de cuál sea el destino puede costar de 85-105 yuanes. Recordad hacer cola en la parada de taxis oficial y no hacer caso a la gente que te asalta para llevarte, ya que son timos.

Los dos hoteles en los que estuvimos hospedados fueron muy diferentes. El primero fue Hutongren, recomendado por la Lonely Planet. Esta es una experiencia bastante auténtica, vivir dentro de un hutong, es decir, las callejuelas estrechas con casas con patios que formaban Beijing en la antiguedad y que poco a poco se están perdiendo. El hotel es una antigua casa con patio que ha sido reformada como hotel. Los empleados hablan inglés, son muy amables, y la experiencia es muy interesante. Las únicas pegas es que las habitaciones son poco íntimas (dan todas al patio o la recepción), no tienen mucha ventilación y no está muy bien preparado para la lluvia (el patio está cubierto, pero cuando llueve hay muchas goteras). El hotel está al norte de la ciudad prohibida, por lo que es ideal para visitar las atracciones turísticas de la zona norte, por ejemplo el Palacio de Verano, el Templo del Lama, las torres del Tambor y de la Campana, La Muralla China... Se puede pagar con VISA. La habitación nos costó 525 yuanes por noche. La parada de metro más cercana está a 15-20 minutos andando.



El segundo hotel es el Emperor. Es un hotel muy distinto al anterior, de cinco estrellas y muy singular. Por ejemplo, las habitaciones no tienen número, sino que cada una se llama como un emperador chino. Está situado junto a la Ciudad Prohibida, de hecho desde la terraza se puede disfrutar de las vistas de este palacio. Está bastante cerca del metro y de la plaza de Tiananmen, con lo que es ideal para visitar la zona centro y sur, es decir, Ciudad Prohibida, plaza de Tiananmen, Templo del cielo. La habitación nos costó 700 yuanes la noche y se puede pagar con VISA. Por cierto, el restaurante es estupendo.

¿Por qué Beijing es la ciudad que más me gustó? Principalmente porque aparte de tener un montón de palacios, templos y cosas que visitar, la disposición de la ciudad con sus hutongs es fantástica. Merece la pena visitar estos hutongs siguiendo el recorrido que recomienda la Lonely Planet sobretodo en la zona norte de la Ciudad Prohibida (torres del Tambor y de la Campana y luego un paseo por los estrechos hutongs). No nos atrevimos a hacerlo en bici porque el tráfico es caótico, así que hicimos esa pequeña parte andando. Callejuelas estrechas, bares con patios magníficos, tiendecitas pequeñas... como digo, una experiencia muy "china" y creo que se complementa muy bien con alojarse en el Hutongren. Imprescindible pasearse por Xiaoju'er Hutong, ya que está lleno de tiendecitas (algo caras, eso sí).




El templo del Lama es el mejor templo que he visto, y según las guías, uno de los mejores de China. Es gigantesco, ahí, en medio de una parte ruidosa de la ciudad. Imprescindible ir a verlo. Creo recordar que entrar costaba 25 yuanes.



Otro sitio imprescindible de ir a ver es el Palacio de Verano. Un complejo con múltiples pabellones alrededor de un lago artificial impresionantemente grande. Es para dedicarle medio día. Por cierto, la Lonely Planet tiene unas instrucciones un poco raras para llegar. Te dice que cojas un autobús cuando hay metro. El mapa que hay en la guía muestra la parada de metro pero el nombre y la situación están mal. La parada de metro es Xiyuan. Al salir del metro (salida C2) hay que evitar los pesados que te quieren llevar en triciclo; tirar para la izquierda, hasta llegar a un cruce, girar la izquierda y todo recto se llega al Palacio. Como digo esta visita es imprescindible.


El templo del cielo en cambio no me pareció tan espectacular. Está en un parque al sur de la Ciudad Prohibida, pero el parque es algo árido y a los templos les falta estar rodeados de vegetación. Sin embargo mi visión puede estar influida por el calor, a lo mejor en primavera o otoño es más agradable.


También estuvimos en un templo taoísta, el templo Dongyue. Es muy parecido a otros templos que hemos visto a lo largo del viaje, aunque tiene la ventaja de que es bastante tranquilo, no está lleno de hordas de turistas chinos como el resto de cosas. Luego tiene unas estancias raras para unas estatuas infantiloides y algo sádicas que no son ninguna maravilla. Pero es que el taoísmo es así de raro.



La plaza de Tiananmen es un monstruo en medio de la ciudad que sólo merece la pena visitarse por su enormidad y por el sentido histórico de la plaza. Ni un sólo árbol, lleno de controles de seguridad para entrar, llenas de cámaras todas las farolas... lo único es que se puede ver la puerta sur de entrada a la Ciudad Prohibida. Al sur de la plaza la Lonley recomienda un hutong para hacer compras. Es una mierda. Tiendas occidentales o de souvenires caros, y ni siquiera tiene pinta de hutong.

La Ciudad Prohibida es la leche. El palacio más grande del mundo, dicen. En realidad está lleno de estructuras y visitarlo al completo llevaría mucho tiempo, pero darse una vuelta es imprescindible. La entrada cuesta 60 yuanes y recomiendo ir a primera hora (8.30) y por la entrada norte, que hay menos gente. Luego se convierte en una romería. Y para muestra una foto.



Y llegamos al tema de la muralla. La Muralla China se puede visitar al norte de Beijing, de 80 a 100 Km del centro de la ciudad, dependiendo de la parte que se visite. Lo típico es Badaling. Nosotros fuimos a la menos masificada Mutianyu. Todos los hoteles hacen tours, pero siempre existe el riesgo de que te lleven de compras y te dejen poco tiempo en la propia muralla. Digamos que te hacen perder el día. Así que o se puede ir en transporte público (mucho lío) o contratar un conductor privado. Nosotros hicimos esto último directamente en el Hutongren. Insistimos en que no nos llevaran de compras y nos costó 700 yuanes, sin entrada a la muralla. Sí, es caro, pero salimos a las 7.30 de la mañana, llegamos cuando todavía no había apenas gente (sobre las 9), estuvimos caminando hasta las 12 y pico prácticamente solos por la muralla (quizá en Badaling ni a esas horas hubiera habido tan poca gente) y nos dejó de vuelta en el hotel, teniendo la tarde libre. Sobretodo hay que evitar los tours de 100 yuanes, porque te van a llevar todos el día de compras de Jade. Luego la entrada a la muralla costó 110 yuanes, que incluía teleférico para subir, y un tobogán con ruedas para bajar (bastante divertido). Estuvimos andando casi tres horas, para recorrer toda la parte restaurada. Es una de las cosas que más me han gustado del viaje a China y las vistas son impresionantes. Por cierto, hay que llevar agua abundante y mejor comprarla en Beijing, ya que en los puestecillos que hay en la muralla la cobran cara (10 yuanes el medio litro, mientras que en Beijing por 4 yuanes compras litro y medio).



Sobre la comida, Beijing dejó algo que desear. No es muy recomendable meterse en el primer sitio, sino dejarse aconsejar por la guía, aunque no siempre. Por ejemplo, recomienda comer en unos puestecillos en la calle Donghuamen. Bueno, si te gustan las tripas, los penes de oveja, las serpientes y los gusanos... en fin, una turistada para dar asco (y lo consiguien). En cambio, el sitio de pato Quanjude Roast Duck Restaurant estaba de maravilla, nunca he comido un pato tan exquisito (medio pato con crepes más dos coca colas por 160 yuanes). Y como ya he comentado, el hotel Emperor está muy bien para comer, aunque tiene lógica si te alojas en él, claro. Desde luego Beijing no fue (con excepción del hotel y del sitio del pato) el mejor sitio donde comimos.

Sobre las compras, en Beijing hay dos mercados famosos: el de la perla y el de la seda. Nosotros fuimos a este último y es una completa locura. Un edificio de seis plantas plagados de puestos minúsculos llenos de cosas y gente saliendo de los puestos y asaltándote en inglés y en español intentando venderte cosas. Es bastante agobiante y si se quiere comprar hay que regatear muy duro (no pagar más de un 10% del precio original en ningún caso) y mirar mucho las calidades, que te intentan vender cosas de marca pero son imitaciones muy malas. La electrónica también está llena de imitaciones malas. Sinceramente, creo que para sacar algo bueno hay que dedicarle mucho tiempo, tanto para encontrarlo como para regatear. A mi no me mereció mucho la pena. Eso sí, si sois fans de las compras en este sitio podéis encontrar desde trajes a medida, relojes y iPods falsos hasta souvenirs.

Esto es todo sobre Beijing. Si se me tuviera que quedar con tres cosas quizá serían los hutongs, el Palacio de Verano y la Muralla. ¡Y comería pato laqueado!

Más info:

Viaje a China (I): consejos generales
Viaje a China (III): Xian
Viaje a China (IV): Guilin y Yangshuo
Viaje a China (V): Shanghai
Viaje a China (VI): Shuzou y Hangzhou

domingo, julio 25, 2010

Viaje a China (I): consejos generales

Como ya habrán intuido los lectores del blog, hace menos de un mes me casé. Y el viaje de novios ha sido a China, concretamente a Beijing, Xian, Guilin, Shanghai, Suzhou y Hangzhou. El viaje lo hemos hecho por nuestra cuenta, y como mucha de la información para planificarlo bien la he encontrado por Internet y como tengo unos amigos que van a hacer un viaje similar en pocos meses, he decidido hacer algo así como una guía de viajes para estas ciudades, comentando lo más importante para que un viaje de este estilo salga bien. Va a haber un artículo por ciudad, más éste que es de consejos generales. Espero que sea de utilidad a todo aquel que se atreva a viajar por su cuenta a China.

Encontrar los vuelos a China es fácil. Lo normal es ir a Beijing o Shanghai, o incluso ir a una ciudad y volver de otra, pero esto suele resultar muy caro. Nosotros decidimos ir y volver a Beijing y usamos KLM (con escala en Amsterdam), tenemos buenas experiencias con ellos y esta vez no nos decepcionó, ni en precio (750 euros por persona) ni en servicio. Cuidado con Aeroflot, que suele tener buenos precios pero las esperas en el aeropuerto de Moscú son altas (12 horas) y no puedes salir del aeropuerto de Moscú si no tienes visado para Rusia.

Los vuelos internos dentro de China los compramos a través de una página de vuelos China, Elong. La experiencia fue muy buena: página en inglés, billetes electrónicos como en Europa (sólo hay que presentarse en el mostrador de facturación con el pasaporte) y se encuentran precios con descuento y bastante mejores que en las páginas occidentales. La experiencia en los aviones chinos ha sido buena, como en occidente. Hasta ponen comida (pero es penosa, la verdad). Nosotros compramos vuelos de Beijing a Xian, Xian a Guilin, Guilin a Shanghai, y de Shanghai a Beijing. Algunos trayectos se pueden hacer en tren nocturno, pero visitando tantas ciudades casi es mejor desplazarse en avión. La distancia entre dichas ciudades es de 1h30' a 2h de avión, así que no son distancias cortas.

Los hoteles los reservamos por otra página china, Ctrip, o por bookings.com. La experiencia fue buena. Los hoteles los seleccionamos según los comentarios de la guía de viaje excepto uno que lo vimos de oferta en la web de bookings. Hablaré más de los hoteles en las entradas de cada ciudad.

Sobre la guía de viaje, después de mucho mirar por foros, nos decantamos por la Lonely Planet (dicen que no está bien vista porque considera a Taiwan otro país, así que es mejor llevarla forrada). Es importante comprar la última edición, ya que China es un país en constante cambio. La que nosotros llevamos fue la edición 2009, en inglés, ya que en castellano todavía no estaba. Y la compramos en Amazon, que costaba la mitad que en España. Pero aún así la guía está desactualizada (sobretodo en precios) y le falta información de los "timos" que intentan hacerte a lo largo del viaje. Así que como complemento imprescindible recomiendo imprimirse los artículos de Wikitravel. Hay artículos de cada ciudad e incluso en Beijing y Shanghai por cada barrio. Es una guía de viajes muy muy completa y gratuita, lo único que se echa en falta son mapas, que vienen muy bien los de la Lonely Planet.

Para moverse dentro de las ciudades los taxis son un método muy barato, pero los taxistas no hablan inglés (realmente nadie habla inglés, excepto en los hoteles y la gente que te quiere timar por la calle). Pero nada de nada. Así que es muy importante llevar escrita la dirección de los hoteles en chino, y el número de teléfono (ya que a veces ni con la dirección saben llegar y llaman al hotel para preguntar como ir; dicen que es porque mucha gente viene del campo y se pone a trabajar en un taxi y no se conocen las ciudades). Para tener las direcciones de los hoteles en chino usamos la página China Highlights. Por cierto, imprescindible leerse la parte de taxis de cada ciudad de Wikitravel, para evitar timos. Los taxis llevan taxímetro. Y a veces no te paran o no te quieren llevar, no sabemos muy bien si porque los trayectos son cortos o porque es cambio de turno y no les pilla bien el destino. Lo cierto es que el taxi es un método barato y cómodo, pero es un coñazo estar con la tensión de si llegarás bien a tu destino. En Beijing y Shanghai el metro es rápido, eficiente y barato, pero las estaciones a veces están lejos, la red no es muy tupida.

Algunos consejos generales más sobre China:
  • Hay baños públicos por todas partes, gratuitos. Eso sí, hay que tener valor para usarlos, suelen estar bastante sucios.
  • Cuidado al cruzar la calle. Si no lo ves no te lo crees. Los pasos de cebra como si no existieran, no es que no se paren, es que si estás cruzando por uno de ellos, los coches te pitan para que te apartes. Los semáforos sí los respetan, pero no las motos ni las bicis, y también te pitan para que te apartes. Hay motos eléctricas que no hacen ruido pero van rápido, a veces circulan en sentido contrario y por la noche siempre sin luces para ahorrar batería (!). Y es como en EEUU, si giran a la derecha no tienen que respetar el semáforo en rojo, lo cual quiere decir que si estás cruzando una calle con semáforo en verde para peatones y un coche gira, te pita para que te apartes. También te intentan esquivar, así que mucho ojo con este tema.
  • En la Lonely Planet dice que el cambio de moneda es el oficial así que da igual donde lo hagas. Y una leche. En el aeropuerto es más caro. En una oficina de un banco en la ciudad hacen mejor cambio.
  • No se puede beber agua del grifo, a no ser que se hierva. Así que hay que llevar siempre encima botellas de agua. Las venden por todas partes, y ya veréis que el precio no está puesto. Por una botella de medio litro me han pedido de 1.5 yuanes hasta 15 yuanes, así que según la pinta de necesidad que te vean te piden una cosa u otra. Comprobad que esté precintada.
  • Los precios de muchas tiendas y mercadillos son para regatear. En el mercado de la seda en Beijing se podían conseguir cosas al 10% del precio ofertado, es decir, los precios que ponen son de risa. Esto es un coñazo y nunca sabes si has logrado sacar buen precio. Hay que mirar mucho las calidades.
  • Viajar en tren es cómodo si son express (trenes D), lo hicimos para Suzhou y Hangzhou, que están a 30 minutos y 1h30' de Shanghai respectivamente. Para comprar billetes lo mejor es que te lo hagan en el hotel, te cobran comisión por billete (30 yuanes por billete nos costó a nosotros, lo cual era más que el precio de algunos billetes), pero es mucho más cómodo y sencillo que ir a la estación.
  • Sobre la comida, es muy muy barata. Hemos llegado a comer dos personas por 12 yuanes. (1,5 euros). Pero la calidad es muy variada, así que yo me restringiría a los restaurantes recomendados en las guías. Hay de sobra y salvo excepciones nos dieron buenos resultados. Meterte en cualquier sitio a comer es como hacerlo en España, te puedes llevar un chasco de narices. Las pocas veces que lo hicimos nos salió mal. Además que la gente no habla inglés, excepto en los hoteles. Y elegir el plato mirando fotografías no siempre es lo mejor.
  • Hay wifis por todas partes para conectarse a Internet. En hoteles, cafeterías, aeropuertos, muchas veces gratuitas (aunque requieran tener un número de móvil chino para registrarse). Starbucks es una buena opción para conectarse un rato. Eso sí, los precios son occidentales, suelen estar llenos de gente, y no siempre hay wifi, así que es mejor preguntar. En los hoteles a veces la conexión en la habitación es por cable, pero en el lobby suelen tener wifi. No hemos tenido problemas con el Gran Firewall de Internet, incluso hemos entrado en Gmail y Google sin problemas.
  • Es necesario tener un Visado para entrar en China. Os dejo la información de la página web de la embajada en España. Si vais a Hong Kong no es necesario visado, pero es mejor que empecéis o terminéis el viaje allí porque los visados con reentrada son más complicados. Y si queréis ir al Tibet es necesario un permiso especial.
  • No cometáis el error que cometimos nosotros: no vayáis en verano. ¡Jamás! Las temperaturas son altas y como mucha humedad (algunas veces 38ºC con 90% de humedad). Esto es horrible para hacer turismo y desmerece todo lo que ves. Es salir del hotel, empezar a sudar a chorros (no sabía que se podía sudar por algunas partes de mi cuerpo) y no parar hasta volver. En los sitios cerrados hay aire acondicionado en todas partes, pero lo ponen excesivamente alto, así que los contrastes frío calor acaban provocando malestar. La mejor época para viajar a China es otoño y primavera. El invierno también es muy duro (-10ºC a -20ºC en Beijing; he hecho turismo a esas temperaturas y es tan duro o más que con mucho calor)
Creo que no me dejo nada. Espero que estos consejos generales vengan bien y no os perdáis las entradas de cada ciudad, donde habrá fotos, que seguro que es lo que la mayoría estáis esperando.

Más info:
Viaje a China (II): Beijing
Viaje a China (III): Xian
Viaje a China (IV): Guilin y Yangshuo
Viaje a China (V): Shanghai
Viaje a China (VI): Shuzou y Hangzhou

sábado, julio 03, 2010

Tres artículos del código civil

Artículo 66

Los cónyuges son iguales en derechos y deberes.


Artículo 67

Los cónyuges deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interés de la familia.


Artículo 68

Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Deberán, además, compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas dependientes a su cargo.

viernes, julio 02, 2010

Libros mes de junio

Este mes he leído:



  • Edén - Stanislaw Lem ***·· : No es de las mejores novelas de ciencia ficción, pero sí que tiene una probable verosimilitud de lo que podría ser descubrir una cultura no-humana. El problema es que Lem, en sus novelas serias, siempre deja claro que las diferencias culturales serían excesivas para mantener una comunicación o un intercambio de ideas. Quizá sea así, pero le quita mucha emoción a las novelas.
  • El espejo mágico de Escher - Bruno Ernst ****· : Este libro no sólo nos muestra la mayoría de los grabados que hizo Escher, sino que nos introduce en cómo fueron variando con el tiempo sus inquietudes y en cómo realizó los grabados. Algunas veces el autor se pone algo pesado y las explicaciones sobre perspectiva y realización técnica no son muy buenas, pero sirve para hacerse una idea. Merece la pena para comprender a este autor tan singular.

Películas y series mes de junio

Este mes he visto mucha mierda. Pero al menos me he reído bastante con lo patético de algunas películas. He visto:


  • Crepúsculo *···· : No le pongo cero porque me he reído de la tensión sexual no realizada de los protagonistas, la cara de asco del vampiro cuando conoce a la protagonista femenina y el trasfondo de "hay que esperar hasta el matrimonio" que impregna toda la película. Los actores muy mal, por cierto.
  • Transformers 2 ····· : Una pésima segunda parte, cuando la primera fue pasable. En esta ocasión desde el minuto uno hay tortas y tiros y la cosa no cesa hasta el final. Se podrían haber currado algo más la historia, como en la primera parte.
  • Luna nueva *···· : Segunda parte de la saga Crepúsculo, muy similar a la primera pero ahora hay dos que se pelean por la protagonista femenina. Digo lo mismo que con la primera. Esta vez el final es de morirse de risa. Si se toma como película de humor, la verdad es que es buena. Estoy deseando ver la tercera, que se acaba de estrenar.
  • Los padres de ella **··· : Es la segunda vez que veo esta película, que divierte, aunque el humor es algo zafio y en muchas ocasiones da vergüenza ajena. Pero al menos es mejor que la segunda parte.
  • Los dioses deben estar locos ***** : Buenísima película acerca de un bosquimano que intenta devolver un objeto diabólico (una botella de coca-cola) a los dioses. Todas las situaciones son desternillantes, merece mucho la pena.
  • Los dioses deben estar locos 2 ****· : Algo más floja que la primera pero aún así muy divertida y graciosa. Muy recomendable.
  • Mifune ****· : Una de las mejores películas de dogma que se han hecho, aunque es bastante dura. Un hombre vuelve a su pueblo natal para cuidar de su hermano ahora que su padre ha muerto, y su vida se complica hasta límites insospechados.
  • Capitalismo, una historia de amor **··· : La última película de Michael Moore, esta vez sobre la crisis bancaria en la que estamos inmersos. Tiene buenos puntos, pero derrocha demagogia. Aún así, merece la pena ser vista, aunque con sentido crítico.

Y la serie que he terminado de ver:

  • House - Temporada 5 ****· : Muy buena temporada de House, sobretodo el final de infarto, sobre el que he hablado por aquí pero más que nada por la tecnología empleada en su rodaje. Merece mucho la pena.