El otro día Groilés desde twitter dejó claro que no sabe cocinar arroz. Aunque puede parecer fácil he visto a muy buenos cocineros cagarla con el arroz blanco o los huevos fritos. Así que he aquí mi receta infalible para cocinar arroz blanco. Siempre sale bien. La receta es para dos personas.
Primero, hace falta una buena olla de teflón con tapa. En Ikea valen dos duros, de hecho es la que uso yo.
Primero se fríe un diente pelado de ajo con un poco de aceite (tres cucharadas soperas está bien, pero puede rectificarse al gusto). Antes de que el ajo esté dorado, se echa el arroz, dos tacitas o un vaso pequeño. Se le da unas vueltas. A continuación se le echa el doble de agua que de arroz, de forma generosa (es decir, si el arroz no estaba justo al borde de la taza, el agua sí). Se echa sal (una cucharadita de café) y se mueve. Fuego a tope, que rompa a hervir rápido, y olla destapada. No se dan más vueltas. Cuando esté hirviendo llegará un momento en que los granos de arroz empiecen a asomar por encima del agua. Es el momento de tapar la olla y bajar el fuego al mínimo. Hay que dejar que siga cociendo, sin destapar en ningún momento, 10 minutos. Una vez hayan transcurrido los 10 minutos, se apaga el fuego, se deja reposar sin destapar un par de minutos y ya está listo para servir.
La clave está en los tiempos y en la olla de teflón.
Ya no hay excusa para no hacer bien el arroz blanco. Simplemente hay que ser sistemático.
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