Leo con interés estas semanas las entradas que escribe
Roger Senserrich en su blog
Materias grises sobre la camapaña
No les votes. Según él, si no te gusta una ley (en este caso la Ley Sinde) no hay que animar a la gente a votar a otros partidos o a la abstención (esto último es lo que han interpretado erróneamente muchos medios, seguramente de forma interesada), sino influir en los partidos, hacer lobby.
También leo que los cables de Wikileaks
revelan que para EEUU Internet en España es un lobby que tiene una fuerza de influencia en los programas de los partidos políticos, y han tenido que presionar mucho (tanto EEUU, como la industria audiovisual) para que se aprobara una ley contra compartir contenidos en Internet.
Curiosamente estoy bastante de acuerdo con todas las opiniones, con matices. Parecen opiniones muy contrarias, pero la clave está en los matices:
- Estoy de acuerdo con Roger en que la forma de influir en los partidos políticos es haciendo lobby. Pero lo que no estoy de acuerdo con él es que No les votes va en la dirección incorrecta. No les votes es un lobby de Internautas. Expresan sus opiniones vehementemente en blogs y redes sociales y sus actos tienen repercusión en los medios de comunicación. Por tanto tienen capacidad influir en los partidos. Por tanto, no estoy de acuerdo con que la campaña no sirva de nada.
- Estoy de acuerdo con la embajada de EEUU en que los Internautas somos un lobby potente en España. Coño, es que somos la opinión pública, que está muy en contra de limitar las descargas. Y por tanto a los partidos les ha costado mucho aprobar esta ley, porque saben que les quita votos. Sólo se han atrevido a hacerlo de forma bipartidista (y CiU apoya porque tiene un pacto global con el PSOE). Ni PP ni PSOE se hubieran atrevido a hacerlo solos. Piensan que así se libran del castigo.
- Y estoy de acuerdo con No les votes en meter caña a los partidos que han votado esa ley en contra de la opinión pública mayoritaria y a favor de los intereses comerciales de EEUU y de la industria. Es intentar prorrogar un modelo pre-revolución de la información. Es como querer proteger a los artesanos de la industria, porque destruye empleos (crea bienes a precios mucho más bajos, al igual que Internet permite distribuir el contenido a precio prácticamente cero). Otros modelos de negocio son posibles y en España no quieren explorarlos. Pero no estoy de acuerdo en todo con ellos, porque las próximas elecciones son municipales y de autonomías, y hay asuntos más importantes.