El sistema de ficheros FAT32, que usan los sistemas operativos de Microsoft, está bastante anticuado. Es mucho mejor usar NTFS, es más eficiente, existen permisos como en los sistemas UNIX y hasta permite encriptación de los datos. El motivo por el que tenía FAT32 en mi ordenador era para poder acceder a los datos tanto en lectura como en escritura desde Linux, pero ya que no lo uso y que al menos hay soporte de lectura, me decidí a pasar a NTFS.
Lo primero que hay que hacer es liberar espacio en el disco y luego desfragmentarlo. La herramienta de Windows XP para desfragmentar da varias pasadas, pero si el resultado no es muy bueno es posible mejorar diciendole que desfragmente otra vez.
Una vez hecho esto hay que abrir una consola y teclear:
convert x: /fs:ntfs
Donde x es el nombre de la unidad. Esto hará algunas preguntas y luego reiniciará para hacer la conversión, ya que la partición no puede estar montada para hacerla.
Una vez realizada la conversión lo mejor es volver a desfragmentar de nuevo, ya que al tener un tamaño de clúster más pequeño se puede desfragmentar mejor que con FAT32.
Una cosa que me cortó bastante fue leer que si en FAT32 los sectores y los clusters no están alineados, al convertir a NTFS el nuevo tamaño de cluster será de 512 bytes, con lo que el sistema se volvería lento e inestable. Pero parece ser que esto pasa sólo con el "convert" de Windows 2000, no con el de Windows XP, a pesar de lo que dicen otros sitios web.
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