viernes, agosto 06, 2010

Viaje a China (V): Shanghai

El siguiente punto en el camino es Shanghai, el centro financiero de China y una de las ciudades más pobladas del mundo. Esta ciudad prometía tener un aire más cosmopolita que lo que habíamos visto de China, y aunque no deja de ser China, la verdad es que sí que lo es. Por ejemplo, el uso de taxis fue más sencillo, no tuvimos problemas (aunque había que llevar la dirección escrita siempre en Chino). Nosotros pasamos seis días aquí, aunque realmente dos de los días hicimos excursiones a dos ciudades cercanas que comentaré en un artículo aparte. Cuatro días están bien para ver la ciudad, incluso algo menos. Y hay que recordar que lo más reseñable es la zona moderna de la ciudad, por lo tanto es un turismo muy urbano.

En Shanghai hay dos aeropuertos. Nosotros llegamos al aeropuerto de Pudong, el más internacional, y luego nos volvimos a Beijng desde el de Hongqiao, que es algo más pequeño. Es la mejor combinación, ya que Pudong está muy bien combinado por transporte público y en cambio Hongqiao no tanto y la cola de taxis puede ser muy bestia. Desde Pudong al centro se puede ir en metro o en el tren de levitación magnética Maglev. Por 40 yuanes merece la pena coger el Maglev e ir a una velocidad punta de ¡¡¡430 Km/h!!! y recorrer los 30 Km que separan el aeropuerto de la ciudad en sólo 7 minutos. El Maglev te deja en la estación de metro Longyang Road, y desde ahí se puede coger el metro al destino que sea, por 3-4 yuanes (más caro que el de Beijing).

Nosotros nos alojamos en el Astor House Hotel, un hotel muy bueno y muy bien situado. El hotel fue el primero que existió en la ciudad y conserva su carácter señorial, pero con buen gusto. Los botones van con falda escocesa (!), y es el único sitio de China donde hemos tenido que dar propina a alguien. Los precios pueden ser muy altos, pero pillamos la habitación más barata, en el último piso, que estaba fenomenal, y nos costó unos 700 yuanes la noche. Incluso se veía el Bund y Pudong desde la ventana. El minibar es bastante barato para los estándares europeos. El desayuno, incluido en el precio, era espectacular.

Muy cerca del hotel, empieza el Bund, el paseo por la orilla del río Huangpu contraria a Pudong, donde están los edificios más altos de Shanghai. El paseo por esta zona, peatonal, es muy recomendable tanto de día como de noche. Eso sí, está lleno de turistas.


Otro sitio interesante de visitar son los jardines de Yu (Yuyuan). Están relativamente cerca del final del Bund (se puede ir andando). El único problema de los jardines es que son una romería. Llenos de gente hasta los topes. Eso sí, fuimos en sábado, que a lo mejor afecta. Los jardines, además, están rodeados de una zona peatonal llena de tiendas que también están hasta los topes. Una pena que unos jardines tan bonitos estuvieran tan masificados. Pero así es la vida del turista.




Otra zona que hay que ver es Pudong, con sus edificios enormes. La mejor forma de llegar es en metro. Dicen que hay bastantes atascos por los puentes y túneles que cruzan el río Huangpu, así que evitad el taxi. Dentro de Pudong existen tres edificios a los que se puede subir. Ya que estábamos aquí decidimos subir al Shanghai World Financial Center (SWFC), el tercer edificio más alto del mundo y el que tiene el observatorio más alto del mundo (477 metros de altura, y la friolera de 150 yuanes por subir). Merece la pena por las vistas, aunque hay unas colas muy largas para subir y para bajar. Como siempre, todo lleno de gente.



También fuimos a la Expo 2010 Shanghai China, que estará abierta hasta el 31 de octubre de 2010. Sinceramente, no merece la pena. Hacía demasiado calor, demasiada gente (colas de 4 a 6 horas en casi todos los pabellones) y la comida era cara y mala. En el único pabellón que se podía entrar era en el de España (porque somos españoles y te dan entrada VIP) y dentro es un espectáculo de estereotipos (flamenco, toros, fútbol, Benidorm) y algunas cosas de mal gusto (fotos del 11M y un bebé gigante que da miedo). En fin, mejor no ir, que encima la entrada no es que sea barata. Eso sí, los edificios eran bastante chulos, pero con tanto calor no se puede disfrutar de nada.



El museo de Shanghai bien merece una visita para ver sobretodo caligrafía china, sellos chinos y pintura china. Cuidado con lo que dice de los horarios la Lonely, que estaba mal. Abría todos los días de 9h a 17h.

Volviendo de la estación sur de trenes de una de las visitas a los alrededores (que como digo, comentaré en una entrada aparte) en taxi por la noche vimos una vista muy espectacular de Shanghai. Y es que no iluminan únicamente los edificios de Pudong, sino toda la ciudad. Cualquier casa está iluminada y desde el taxi y en las autopistas elevadas se ven cosas bastante curiosas (algunos edificios no son aptos para epilépticos).

Y la mayor decepción de Shanghai fue la concesión francesa. Lo vimos todo muy moderno. Xintiandi es una especie de centro comercial al aire libre de restaurantes y cafeterías, todo muy artificial. Algo mejor estaba el Taikang Road Art Center, la verdad, al menos no era tan artificial.

Lo de hacer compras en Shanghai fue un poco odisea. La Lonely recomendaba un sitio llamado Friendship Store, debido a que no hay que regatear, pero estaba cerrado y el edificio se caía a cachos. La zona comercial de Nanjing Road era también una romería de gente y todo lleno de centros comerciales agobiantes. Pero en alguna callecita pudimos comprar souvenirs a buen precio. La tienda que recomienda la Lonely llamada Chinese Printed Blue Nankeen Exhibition Hall en la concesión francesa estaba muy bien, bastante auténtico, pero los precios que decían la guía estaban muy mal. Las cosas eran bastante más caras (un factor de x10). Es curioso, por cierto, que la Lonely Guide está más enfocada en Shanghai a ir con un nivel alto que a ir de mochilero. Los sitios de compras que recomienda son caros, comparado con otras ciudades de China. ¿Será que se asume que Shanghai es una ciudad que visita gente con mayor poder adquisitivo?

Respecto a comer, encontramos un sitio de noodles que estaba bastante bien en la Nanjing Road (número 309). Se llama 1001 Noodles, dentro de un centro comercial. Estaban bastante buenos y el sitio no era para nada cutre, todo lo contrario, con mucho estilo.

Para ir al aeropuerto de Hongqiao el taxi nos costó 100 yuanes, y tardamos (sin tráfico) una media hora. El taxi fue con taxímetro y nos lo llamó el hotel.

Si tuviera que quedarme con tres cosas de Shanghai serían sin duda el paseo por el Bund de día, el paseo por el Bund de noche y subir al SWFC para ver las vistas.

Más info:
Viaje a China (I): consejos generales
Viaje a China (II): Beijing
Viaje a China (III): Xian
Viaje a China (IV): Guilin y Yangshuo
Viaje a China (VI): Shuzou y Hangzhou

No hay comentarios: